La presencia mundial de China ha crecido considerablemente en las últimas décadas. El país es el mayor contribuyente a la ayuda oficial al desarrollo (AOD), la segunda economía del mundo y su gasto militar es ahora el segundo después del de Estados Unidos.
También tiene una gran influencia política gracias a su derecho de voto en organizaciones internacionales como la Asamblea General y el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. China se ha convertido en un actor importante de la política internacional y, como tal, merece la pena conocer sus prácticas de política exterior.
El fuerte crecimiento económico de China, su creciente poderío nacional y sus intereses globales han ido acompañados de cambios en las políticas de ayuda exterior del país.
El gobierno chino ha sido tradicionalmente cauto a la hora de proporcionar ayuda, pero a medida que han crecido los intereses internacionales de Pekín y ha aumentado el peso económico de China, su política de ayuda exterior ha cambiado.
En los últimos años, Pekín ha prestado más atención a los países en desarrollo de África, América Latina y Asia. También está aumentando la cantidad de ayuda que proporciona a estas regiones. Esto se debe en parte a un deseo de influencia política, pero también a que quiere ampliar sus mercados para exportaciones como maquinaria y materiales de construcción.
Pero este alejamiento de receptores tradicionales como Oriente Medio significa que China se enfrenta a menos expectativas sobre derechos humanos y promoción de la democracia que en el pasado.
China puede estar dispuesta a comprometerse en cuestiones de ayuda al desarrollo
China también ha sido criticada por su falta de compromiso con la ayuda al desarrollo. Desde el inicio de la reforma económica en 1978, China se ha convertido en una de las mayores economías del mundo y en uno de los principales socios comerciales de muchos países.
A medida que su economía crece y evoluciona, China se ha implicado cada vez más en los asuntos internacionales, tanto a través de acuerdos comerciales como de proyectos de desarrollo que pretenden mejorar la vida de las personas en todo el mundo.
Sin embargo, China podría estar dispuesta a implicarse en cuestiones de desarrollo más de lo que lo hace actualmente, pero sólo si lo hace con un nivel adecuado de reciprocidad por parte de otros Estados.
Esto significa que si su país desea inversiones chinas en infraestructuras u otras áreas en las que hay claros beneficios para ambas partes (como la construcción de carreteras), también debe haber beneficios tangibles para la propia China: acceso a los mercados, oportunidades de transferencia de tecnología, etcétera.
China es reacia a tomar partido en cuestiones políticas y de seguridad delicadas
China es reacia a tomar partido en cuestiones políticas y de seguridad delicadas.
Por ejemplo, China suele abstenerse de tomar partido en disputas territoriales entre sus vecinos de Asia-Pacífico (como el Mar de China Meridional o Taiwán).
Esta postura se basa en el principio de no injerencia en los asuntos internos de otros Estados, consagrado en la Constitución china tras la revolución comunista. Además, refleja el deseo de Pekín de evitar enemistarse con países que, de otro modo, podrían convertirse en aliados.
La forma de actuar de China varía de una región a otra
Es importante señalar que la política exterior de China no es uniforme. El país no siempre actúa de la misma manera en cada región o asunto.
En algunos casos, China está dispuesta a tomar partido en cuestiones que le afectan directamente. Por ejemplo, cuando Estados Unidos impuso duras sanciones contra Irán en 2010 por su programa nuclear, China se unió a Rusia e India para formar una red financiera alternativa para los pagos de petróleo con Irán.
En otros casos -como África o América Latina- China se ha mostrado dispuesta a colaborar estrechamente con las potencias occidentales a través de instituciones multilaterales como las Naciones Unidas (ONU).
Esta tendencia es evidente en el enfoque de Pekín hacia el cambio climático: China ha colaborado estrechamente con países desarrollados como Estados Unidos y la UE en la elaboración de un acuerdo mundial sobre medidas de mitigación del cambio climático.
Las actividades de ayuda exterior de China son más transparentes que antes
Las actividades de ayuda exterior de China son más transparentes que antes. Esto se debe en parte a que China ha sido más transparente sobre lo que hace y por qué lo hace. Por ejemplo, en 2017, China anunció que había donado 1.000 millones de dólares a Sudán del Sur para ayudar a reconstruir el país tras su guerra civil.
En 2018, China anunció que donaría 3 millones de dólares para ayudar a reconstruir las infraestructuras de Afganistán tras años de conflicto.
China es un importante donante de ayuda exterior; solo en 2016, China aportó 10.000 millones de dólares en ayuda oficial al desarrollo (AOD).
También se ha convertido en receptor de AOD; entre 2010 y 2017, la AOD china total ascendió a más de 90.000 millones de dólares estadounidenses, lo que convierte a China en uno de los mayores receptores a nivel mundial (aunque sigue representando solo el 0,25 % de la renta nacional bruta).
Además de contribuir con cantidades significativas a través de canales bilaterales, como los préstamos de apoyo presupuestario directo de los gobiernos o las ONG financiadas por ellos directamente sin intermediarios; estos fondos también incluyen formas indirectas, como la inversión extranjera directa (IED) en los países en desarrollo.
Que proporciona puestos de trabajo, pero también transfiere la tecnología necesaria para el desarrollo económico de vuelta a casa también (esto fue en gran parte responsable de la rápida industrialización durante la década de 1980, cuando Deng Xiaoping lanzó las reformas).
La política exterior de China es controvertida
- El crecimiento económico, el creciente poder nacional y los intereses globales de China han ido acompañados de cambios en sus políticas de ayuda exterior.
- China es una superpotencia en ascenso, con una economía que crece a doble dígito desde hace décadas. El país se ha convertido en un actor clave en los asuntos mundiales y tiene grandes planes para el futuro.
- Es importante recordar que China aún se está desarrollando, por lo que no debemos esperar que actúe como Estados Unidos o Alemania por el momento, ¡o quizá nunca!
Los esfuerzos de ayuda exterior de China han crecido en importancia a medida que el país se ha convertido en una potencia económica y política mundial.
Sin embargo, aún queda mucho por mejorar en este ámbito, como una mayor transparencia y una mejor coordinación entre los distintos poderes del Estado.
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